
La Dirección Sectorial de Integración Educativa (DSIE) promovió la realización del conversatorio “La estrategia de revinculación educativa. Un desafío para la práctica interinstitucional”. La continuidad de la iniciativa, los retos que enfrenta y las particularidades del proceso, fueron algunos de los aspectos abordados.
Esta instancia de diálogo permitió repasar la estrategia de revinculación educativa, que este año devolvió al sistema educativo a más de 2.000 niños, niñas y jóvenes. Esta iniciativa fue diseñada por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), ANEP, Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Banco de Previsión Social (BPS) e Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa), con la colaboración del Ministerio del Interior (MI), la Organización Nacional del Fútbol Infantil (ONFI) y la Secretaría Nacional de Deporte (SND).

Durante la apertura del conversatorio, el presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Pablo Caggiani, destacó la importancia de continuar generando políticas que propendan a abatir la desvinculación educativa en todas sus formas. “El mandato que tenemos es brindar educación a todas y todos, todos los días, y en ello nos vamos a enfocar los meses que nos queden de administración”, manifestó.
También resaltó el trabajo conjunto emprendido durante este año por los organismos del Estado a instancias de la estrategia de revinculación.
El encuentro contó con la participación de Adriana González, maestra y referente del área educativa del Municipio D; Eduardo Rolín, coordinador del equipo territorial de la DSIE de Rivera; Camilo Silvera, del equipo de coordinación del Instituto del Hombre; y Laura Voituret, gerenta del Área de Promoción Sociocultural del MIDES. La presentación y moderación estuvo a cargo de la directora sectorial de Integración Educativa, Gabriela Pérez.

Maestros comunitarios
Adriana González inició su exposición reconociendo “el gesto de salir a buscar a los chiquilines. Estoy convencida de que estar ahí es imprescindible, acercarnos a las casas y conocer sus realidades, esto forma parte del perfil de la maestra comunitaria”.
La educadora reflexionó acerca de aquellos niños, niñas y jóvenes que no fueron encontrados. “Sabemos que las instituciones educativas tenemos la mirada detenida en los niños y niñas y si no los tenemos bajo nuestra mirada, hay algo que se pierde y no los podemos cuidar”.
Con respecto a los estudiantes localizados que regresaron al sistema educativo, señaló que queda mucho por trabajar y por generar un sentido de pertenencia a las instituciones educativas. “La maestra comunitaria es la única que realmente puede salir al barrio, quiero reivindicar ese rol para este trabajo”.
“Tenemos que trabajar entre todos y hacernos cargo, trabajando desde la prevención, detectando el ausentismo y anticipándonos, estar atentos a las alarmas y cuidar las trayectorias educativas. Tenemos que elegir esto como una prioridad y buscarle de alguna manera una solución con decisiones pactadas”, enfatizó.

Derechos y cuidados
Por su parte, Eduardo Rolín transmitió su confianza en esta estrategia que considera una señal “que pone el ejercicio del derecho a la educación en un acto, que es algo distinto a esperar que los gurises vuelvan por alguna razón mágica que no sabemos cuál es. Tomar esta decisión, como política pública y como trabajadores de la política pública, es sumamente importante. La política pública tiene que estar dispuesta a trabajar en la singularidad y en las necesidades de cada uno de los chiquilines con los que trabajamos. Eso implica flexibilidad en los tiempos y en las trayectorias, construir caminos distintos y estar dispuestos a que esos caminos sean ajustados a las necesidades de los chiquilines”.
Para Rolín, los cuidados deben estar incluidos en la matriz de la educación. “Los cuidados apuntan a complementar lo que como adultos, referentes y educadores nos toca como responsabilidad social”, explicó.

Además, hizo hincapié en que las trayectorias aportan señales cuando existen riesgos educativos. “Si hacemos un análisis a conciencia de las trayectorias de los estudiantes, tomando datos e interpretándolos lo mejor posible, podemos ver indicadores tempranos asociados al riesgo de desvinculación”.
“Tenemos muchos chiquilines desvinculados que necesitaban algún tipo de ajuste razonable, muchas veces los perdemos por no hacer ajustes razonables en el momento justo”, opinó.
También se refirió a la importancia de generar alternativas para atender a los jóvenes desvinculados, poniendo de ejemplo la preinscripción temprana que a su entender no se acompasa con los tiempos de todos los jóvenes. “Muchas veces los chiquilines con los que trabajamos viven en la inmediatez y en tiempos muy cortos. Entonces cuando les decimos que haremos un preinscripción en setiembre, en febrero cuando vamos a buscarlos sus intenciones educativas ya no son las mismas o ya no quieren volver a estudiar. En este sentido, considero que hay muchos tránsitos que hay que construir, que no tienen que ser tan estancos”, fundamentó.
Rolín sostuvo que es necesario tener en cuenta las particularidades de revinculación para los diferentes subsistemas. “No es lo mismo hacer un proceso de revinculación en Primaria que en la educación Media. Primaria tiene un quehacer instalado en la revinculación de estudiantes en cualquier momento de la vida, pero iniciar una política de revinculación de educación Media en julio, es una discusión a la interna de los centros y es un problema. En ese sentido también tenemos que avanzar”.

Malla de protección
Laura Voituret afirmó que la estrategia de revinculación apunta a instalar un modo de hacer política, que tiene que ver con una construcción de la política en conjunto. “Este compromiso de asumir la realidad con los diferentes actores de la educación, tiene que ver con el acto de salir a buscar y estar más cerca, reconstruir el vínculo y el tejido comunitario”, subrayó.
Además, indicó que “visibilizar la importancia del acceso a la educación tiene que ver también con una malla de protección y con el acceso a otros derechos, y con una lectura de que esta tiene que ser una política de cuidado accediendo a otros derechos clave para la vida y el desarrollo”.
Voituret destacó el esfuerzo realizado en la primera etapa de la estrategia de revinculación educativa, “que tuvo que ver con amalgamar los datos provenientes de los diferentes subsistemas y organismos, y eso constituyó un desafío grandísimo. Nos encontramos con información muy desactualizada y con muchas dificultades para realizar este cruzamiento”.
Por otra parte, hizo un llamamiento a continuar trabajando para que esta iniciativa no sea un operativo puntual sino una política permanente. “Creo que hay una oportunidad de fortalecer el trabajo conjunto de los organismos que promueven la estrategia y el entramado comunitario, que también brinda la posibilidad de identificar estos riesgos a edades tempranas”.

Quiénes son
Camilo Silvera planteó la necesidad de romper con la “mirada administrativa” que muchas veces yace sobre el estudiante y de delinear las condiciones que acompañarán a los jóvenes que regresan a los centros educativos.
“Estamos hablando más o menos de 5.000 gurisas y gurises, para saber de qué universo se parte y cuántos fueron los que fuimos a buscar este año. Y en eso me llama la atención que alrededor de 3.000 no lograron volver en esta primera instancia”, reflexionó.
“Luego hablamos de quiénes son esos gurises, dónde están y cómo hacemos. Mayoritariamente hablamos de varones de más de 15 años del área metropolitana de Montevideo. Ahora los desafíos radican en cómo hacemos para no tener que salir a buscarlos todos los años y cómo hacemos para que sea significativo regresar para aquellos que fuimos a buscar. ¿Qué tenemos para proponerles a esos chiquilines? Tenemos que ampliar la malla de propuestas”, señaló.